El otro día en una reunión de trabajo nuestra Directora explicaba las dificultades de la situación económica y en concreto de nuestro Ayuntamiento que dificultaba el pago ágil, entre otras cosas, de los fondos de emergencia social, al mismo tiempo exponía el seguro traslado de uno de los Centros de Servicios Sociales a un edificio nuevo, donde ya se ha encargado el mobiliario totalmente nuevo.
Ante estas palabras una compañera de forma espontanea exclamo: “que frivolidad”, refiriéndose a cómo podemos hablar de muebles nuevos y no tenemos para pagar lo básico (fondos de emergencia). La directora y alguna compañera mas, seguramente conocedoras de la elaboración de presupuestos municipales y partidas presupuestarias, contestaron “que no tenía nada que ver, que son cosas diferentes, que las partidas no se pueden compensar unas con otras,”.
También se añadió, que “siempre en Servicios Sociales se va aprovechando todo y no se implementan los recursos con calidad como en otros departamentos”. Otra compañera de forma más “jocosa” apoyaba la opinión de frivolidad y decía: “es como cuando te cambias de casa y si no tienes dinero los muebles te los llevas a la nueva casa.”
Nadie mas dijo nada, Yo mismo me calle y se me puse a pensar, algo que no hago a menudo, esta es la cuestión, esto forma de la gran mentira en la que vivimos y que estamos atrapados prácticamente todos y todas. Ya no vale la lógica y el sentido común, que nos permite elegir las mejores soluciones y los caminos más adecuados.
Qué diferencia hay entre los complejos productos financieros que nos han llevado a la crisis económica, donde se escondían hipotecas impagables, con este ejemplo, donde estamos convencidos de que las cosas son así, es decir que no se pueden cambiar, que el dinero que tenemos para hacer edificios no los podemos dar para que coman las personas, para que se formen laboralmente y para que encuentren trabajo.
Esto no lo hago a modo de crítica de esta Directora, la cual estaba diciendo tristemente la verdad, por mucho que decidiéramos no comprar nuevos muebles para el nuevo centro, y pidiéramos que ese dinero se dedique a dotar los fondos de emergencia y su liquidez, no será posible, posiblemente por dos motivos: algunos problemas de legalidad y de decisión política.
Este funcionamiento de la sin razón, forma parte de nuestra decadencia, de nuestra crisis, de nada vale pensar que de todo se sale, que cuando vendamos una parcela mas propiedad del Ayuntamiento, es decir, de todos los vecinos y vecinas, iremos tirando.
Necesitamos un parón, un espacio y tiempo para pensar, para modificar nuestros enfoques y decisiones, recuperando la simpleza y entusiasmo que permitieron en los primeros años de democracia que los Ayuntamientos se convirtieran en una administración útil y de expresión de la propia democracia. Incorporando el aprendizaje de nuestros errores y sin quedar atrapado por el ritmo frenético de nuestros días.
Para ello, se debe contar con todos: los políticos, los trabajadores/as y los ciudadanos/as en general, abandonando el despotismo ilustrado que ha invadido muchos consistorios.
Esta compañera, nada ingenua, con años de experiencia y con alta cualificación profesional, no decía la tontería del ignorante, simplemente dejaba en evidencia el mundo loco y absurdo que algunos se creen y otros quieren mantener.
