BIENVENIDOS Y BIENVENIDAS A POLÍTICAMENTE INCORRECTO

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Desde un planteamiento de izquierdas, es decir, desde la negación del conformismo, el destino y la imposibilitad de avanzar hacia un mundo mas justo, mas igualitario, pacífico y sostenible.


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Fdo. Juan José Regatos Andrés

martes, 19 de abril de 2011

UN MES DE GUERRA EN LIBIA Y OTRAS MAS

Ha pasado un mes y estamos como al principio, se demuestra que las acciones bélicas rara vez en la historia han mejorado la situación como alternativa a la presión social, la política, la diplomacia y la movilización ciudadana a todos los niveles.

Muchos de mis amigos mas izquierdistas esta vez si entendieron esta “acción humanitaria”, dieron veracidad a los medios oficiales y políticamente correctos, o mejor dicho a los medios con intereses encontrados entre el periodismo y las cuentas de resultados.

Estos buenos amigos entendieron que era necesario salvar a la población civil de un dictador excéntrico y con una pasado de amistad con el terrorismo internacional, como varios ex-presidentes democráticos de Israel.


Ya he comentado que Gadafi no puede ser un político inmaculado, su permanencia en el poder demuestra que se ha sentido imprescindible para su pueblo y ha entendido que su pueblo no esta maduro para representarse a si mismo eligiendo sucesivamente gobernantes, incluso desde su propio sistema jurídico y constitucional, que por cierto lo avala.


Pero esa no es la cuestión, son dos parámetros los que podemos valorar, el primero si lo que estaba pasando en Libia era una movilización ciudadana por las libertades, los derechos democráticos y la mejora de las condiciones socio económicas. O de forma mas principal era un juego de poder entre las élites del sistema y de algunas organizaciones tribales y económicas, que estaban apostando por un modelo mas aperturista en lo económico que mantuviese su estatus ante las multinacionales y que Gadafi no defendía. Con un levantamiento parcial de una parte del ejercito y del gobierno Libio.

Seguramente se están dando las dos situaciones al mismos tiempo, pero parece claro que la reacción no es la misma, y en cualquier caso no justificaría el uso de las armas para reprimir a la población ni para atajar el conflicto y/o excisión de sus gobernantes.

El otro parámetro es si, esta posible situación de injusticia y abuso de la represión por parte del gobierno de Libia la debe abordar la comunidad internacional como lo esta haciendo, con el uso de las armas, (bombardeos) y armando la insurgencia rebelde, además de los bloqueos económicos.

La sensación que tengo es que se a alentado a una guerra a un montón de civiles, unos organizados y otros llevado por la euforia y necesidad de cambio, sabiendo que se les estaba llevando a un desastre superior de sufrimiento y muerte.

La ilusión ingenua de que todos lo regímenes árabes iban a caer con meras manifestaciones del movimiento juvenil y obrero, en cuestión de dos o tres semanas, como en Túnez y Egipto (atentos al gobierno militar provisional), era poco menos que una torpeza de los diplomáticos, analistas y servicios de inteligencia, cuando no una excusa premeditada para volver a tener una guerra humanitaria.

Pero claro, que podíamos hacer, como vamos a dejar a la gente ser reprimida salvajemente, como en Palestina, en Birmania, en Corea del Norte, en Siria, Sierra Leona, Méjico (ciudad Juárez), Nepal – China, algunas ex - republicas soviéticas, en Arabia Saudi.

No ya se que no valen el ejemplo de Afganistán con mas de 8 años de guerra y con un resultado mas que cuestionable, que decir de Irak.

El ex - presidente de Brasil Lula da Silva se pronunciaba explicando la abstención de su país ante la resolución 1972 diciendo que si tuviéramos una ONU del siglo XXI habríamos enviado a Trípoli al Secretario General con tal autoridad y legitimidad que hubiera impuesto y pactado una solución pacífica y adecuada, pero como tenemos una ONU del siglo XX enviamos a los ejércitos con bombas.

Por que no aprendemos de lo que se hizo en Europa, que después de la segunda guerra mundial, ante el horror de tales genocidios y con la mirada en el futuro, los gobernantes y el pueblo apostaron por entenderse, por hacer pactos y acuerdos, por aplicar políticas económicas de impulso publico y estatal. Todo ello consiguió los años mas largos de progreso y bienestar y de paz para el conjunto de los ciudadanos y ciudadanas, aún admitiendo que en parte fue a costa de parte del resto del mundo como África y Latinoamérica.

Mientras tanto nuestra ministra y futura candidata a presidenta nos dice que “la solución de Libia pasa por que se vaya Gadafi” y continuación añade, “claro, que debe ser la voluntad del pueblo Libio”, y yo le pregunto, de que parte del pueblo, quien decide como, quien pone las condiciones previas y además como vamos a indemnizar a las victimas de nuestras bombas de racimo vendidas hace menos de 4 años. A ya se como con el dinero del Petróleo Libio, tras lo nuevos contratos que nos esperan.

NO A LA GUERRA.