Parece que hay palabras y frases
que marcaran una época, del “Yes we can” al “we are”. Pero sin restarle valor a
las palabras, su significado y sobre todo el estado emocional en el que nos
colocan, mi comentario lo quiero centrar en “somos”.
Espero que no tenga derechos de
autor, por que en solo unas semanas tanto la corriente mas oficial de IU Madrid
lo ha utilizado para sus primarias, Somos IU, como el sindicato derivado del partido
Podemos, con Somos Sindicalistas.
En los últimos días he leído un
buen número de comentarios, artículos y tweets de compañeros y compañeras de
CCOO, sobre ello. El rechazo es generalizado: oportunismo, sin plataforma
reivindicativa, sin conocimiento del sindicalismo.
Recuerda mucho a las primeras
reacciones que despertó en los partidos y sindicatos de izquierdas el movimiento
15 M y democracia real ya. Pasando a cierto menosprecio cuando se presentó Podemos
a las Europeas.
Tras las elecciones Europeas lo
que inundo nuestras organizaciones fue la confusión, incomprensión y nerviosismo.
Algunos optaron por la huida para abrazar las nuevas (bueno no tan nuevas, si
no olvidadas) formas de hacer política, con asambleas, debates de ideas, respeto
a la diferencias. Otros optaron por el cierre de filas, apuntalar los muros y predicar
con su historia y experiencia.
Solo unos pocos, el poeta García
Montero entre ellos, se atrevían a intentar comprender la compleja situación,
ponderando las ventajas y aportaciones de las gentes “clásicas de izquierdas”
(que contradicción me ha salido: clásico y de izquierdas) y las nuevas formas y
propuestas de Podemos, 15 M, Mareas, etc.
Ahora nos toca al sindicalismo de
clase, a CCOO como sindicato mayoritario y en cierta manera hegemónico junto con UGT. Aun asumiendo las diferencias
entre la participación política y la actividad sindical y mundo del trabajo, cometemos un error poniéndonos a la
defensiva, depreciando la iniciativa y criticándoles antes de escuchar las
propuestas.
En mi humilde opinión, debemos
celebrar la iniciativa, invitarles a compartir objetivos en defensa de las
condiciones de trabajo, del empleo, de la negociación colectiva.
Es cierto que a diferencia de la
Izquierda política, el sindicalismo de clase es mayoritario desde hace mucho
tiempo, pero también hemos perdido mucho espacio, en unos ámbitos por los
sindicatos corporativos y por otro lado, en los sectores económicos más
desregulados, subcontratados y de pequeñas empresas, cada vez mayores.
Además, las campañas antisindicales
y algunos de nuestros propios comportamientos (casos de corrupción y la incapacidad
para converger con los nuevos movimientos sociales en una agenda de
movilizaciones ante el estado de emergencia social), nos han colocado en una
situación complicada.
Por todo ello, bienvenido sea que
gente con iniciativa, frescura y ganas de lucha se incorpore a esta tarea junto
a nosotros. Si, sabemos que algunas de estas personas son rebotadas de corrientes minoritarias nuestras, con
ideas nada innovadoras, pero esto no invalida la propuesta.
CCOO no debe tener derechos de autor ni derechos de hereditarios de
medallas de la lucha de clases. Lo que debemos tener es capacidad para
aportar nuestra valía, determinación y experiencia en defensa de las
condiciones de trabajo y de vida de la clase trabajadora, con humildad, orgullo
y solidaridad. Y para ello debemos corregir ciertas derivas y prácticas, profundizando
radicalmente en un funcionamiento interno más democrático y una descongestión
de nuestras estructuras.
Así CCOO seguirá siendo esa gente
incansable, coherente, seria y eficaz nuestra defensa como trabajadoras y trabajadores, presente de
forma mayoritaria en casi todos los sectores productivos y de servicios. Y
Somos será otra opción respetable y cómplice de una lucha compartida.