Para las personas conservadoras y
“moderadas”, es decir la gente normal según nuestro presidente en funciones, son muy importante los símbolos: la bandera,
los himnos, los crucifijos etc. Y las formas: la ropa de ejecutivo y el
protocolo.
En no pocas ocasiones las han
puesto por encima del fondo cometiendo barbaries en su nombre, o simplemente retomando las juras de bandera en los ayuntamientos, pretendiendo
convertir en delito las pitadas al himno, o recriminando a una Ministro no
llevar corbata.
Se nos ha dicho que estos símbolos
y estas formas, representan a las instituciones y sus valores: patria, jerarquía,
lealtad al rey, respeto a su dios, disciplina, respeto a la ley, etc. Aunque al mismo tiempo algunas de estas
personas boicoteaban esos mismos valores con sus actuaciones: corrupción, control
de poder judicial, expulsión de personas desamparadas y un largo etc.
Pero además, hemos visto en
muchísimas ocasiones como perdían también las formas, con abucheos, insultos,
golpes al mobiliarios del congreso como si de tambores se tratará, o el “que se
jodan”.
Púes bien, yo siempre he
defendido que debe haber una necesaria coherencia entre las formas y el fondo
de las actuaciones en política, y en todas las facetas de la vida. En el
campo de la educación es inviable plantear el proceso de aprendizaje de forma
participativa y bidireccional, y al mismo tiempo que el maestro tenga una vara en la mano para azotar
a quien no conteste correctamente, o utilice insultos o adjetivos despectivos
para dejar en evidencia a un alumno.
En la política, lo mismo, si
planteamos propuestas transformadoras que cambien las leyes, las instituciones,
las políticas y/o acciones de gobierno,
no será posible si no cambiamos también las formas, los protocolos y los
símbolos.
Más allá de los golpes de efecto del primer día de esta nueva
legislatura, el tener unas diputadas y diputados, que visten, hablan y se comportan como el resto la gente,
es decir, sin uniforme, unos con coleta, otros con barba, con vestidos, con
trajes y corbata, con vaqueros, es como realmente somos plurales y diversos. E
invita a pensar que estamos más gente representada en el parlamento.
Hasta ahora solo se atrevían a
hacerlo y de forma discreta las compañeras y compañeros de IU – Izquierda Plural,
y algunos diputados sindicalistas que no usaban corbata. Pero ahora son más de 70.
Claro que ahora toca lo difícil que
las formas se extiendan a las palabras, los gestos, las actitudes, eliminando
la arrogancia y el “y tu más”, y finalmente al fondo con propuestas coherentes
con las formas.
No se asusten señoras y señores conservadores y socialdemócratas, que incluso si alguno de estos desarrapados y “perros” flautas
llegan a integrarse en el Gobierno, ustedes podrán seguir llevando sus trajes
aunque los hayan pagado con las tarjetas black de sus compañeros de partido.