El año 2017 será el
año de los congresos de partidos y del mayor sindicato del país CCOO. Ya
llevamos varias semanas en los medios con un simplificado mensaje interesado sobre las opciones y los debates.
En el PP parece que se asegura la continuidad de Rajoy y solo se
debate sobre la omnipresencia de
Cospedal para ocupar todos los cargos posibles.
En cambio se esconde el debate sobre qué posición tiene el PP ante la plaga de asesinatos machistas, la
reforma constitucional, la cuestión nacionalista, la deconstrucción europea, el sistema de pensiones o la precariedad
laboral ,etc.
Sobre el PSOE los
medios de comunicación empresariales solo tratan de ensalzar la figura de Susana Díaz como salvadora de cara al congreso de resurrección. Pero no podemos
leer propuestas sobre el fracaso de la socialdemocracia frente a los partidos
conservadores, ante la ausencia total de propuestas políticas para una sociedad
europea y mundial sin reglas en lo económico y en los derechos humanos. Más
concretamente si se conforman con administrar con un poquito de sensibilidad
hacía los más débiles los pocos recursos que el mercado y sus mercaderes dejan
a los gobiernos para su distribución, o por el contrario, apuestan por unas
políticas transformadoras que reequilibren hacía la mayoría de la sociedad las garantías
de vida digna.
En Ciudadanos parece
que la preocupación es encontrar un candidato alternativo a Rivera, para que
las primarias o elección directa de su líder no sea una pantomima. Pero esta
candidatura alternativa no puede ser muy diferente a lo que Albert
defiende en lo organizativo y en lo económico, dado que en lo social y cultural aún no sabemos que defiende. Pero sobre todo que no parezca que hay bronca, es
decir, que allá dos candidaturas al menos, una de ellas de mentira. En
cambio, no sabemos qué van a debatir sobre la constitución, sobre la unión
europea, sobre la escuela pública,
etc. Y no creo que no lo debatan si no que no interesa que se sepa mucho la
posición en algunos temas.
Podemos tiene su
Vistalegre II, que decir que no hayan dicho sus líderes, con video-perdón
incluido. Han caído en la trampa de la mediatización de los debates, pero no
parece que la simplificación del debate sea responsabilidad solo de los medios,
con las denominaciones de Errejonistas – Pablistas – Izquierdas anticapitalistas
– quincemayistas, etc.
La lucha de poder,
como en otros sitios, se produce para que
el rumbo de tu partido vaya en la dirección que crees más adecuada. Y ¿Cuál es lo más adecuado
y para qué? No parece que se explique bien. Yo intento adivinar un debate
lícito sobre si es más eficaz mantener una posición rígida en propuestas y
formas, resaltando las diferencias y la necesidad de cambiar las cosas de forma
contundente ( constitución, las leyes, las reformas laborales, etc..), siento esta posición la que hará mejorar el
apoyo electoral y aumentar la movilización en la calle. Y otras posiciones, que mantienen que es
necesario identificar qué puntos de acercamiento a otros grupos políticospermiten influir y mejorar la vida de la gente mientras no se ganan las
elecciones y no se gobierna, salvo en ayuntamientos y de forma compartida. Y esta actuación de utilidad permita más
adhesiones de gente que de otra forma no muestra simpatía con una propuesta más
hostil y con muchos requisitos. Claro que con este lío-espectáculo, no se habla
de que propuestas se tienen ante la política laboral, el asesinato masivo de
mujeres, las competencias de comunidades y ayuntamientos, etc. etc. Hay que esperar a los
documentos, por que las intervenciones
de sus líderes en los medios son para explicar cómo se vota, cuanto se vota y que
pasa si se vota.
Izquierda Unida ya
hizo su “refundación” el pasado año, y aunque los medios lo ignoren, si escriben
las propuestas sobre la mayoría de temas políticos que afectan a la ciudadanía.
Pero, ahora se tiene un importante
volumen de huérfanos de entre la militancia y votantes que no han digerido hacía donde va IU, tachándolo de
no tener dirección, en vez de reconocer simplemente discrepancias con esos objetivos.
CCOO celebra su XI
congreso este año. Por delante un reto, la continuidad en la dirección y en las
propuestas, que contenían una “hiper-responsabiliad”
sobre la sociedad democrática y los derechos de las
personas trabajadora, arrancados al poder desde el franquismo y la transición
mediante el trinomio Movilización – Propuestas – Negociación, pero en una
sociedad y realidad laboral y empresarial diferente a la actual, donde las personas jóvenes están sin trabajo o
en ambientes laborales de erradicación de la actividad sindical (contratos
parciales, servicios, empresas subcontratadas, clausulas en los contratos de renuncia
a la representatividad, etc.) Junto a las nuevas leyes que han traicionado parte
de los pactos de convivencia. Por el contrario el reto de la renovación también en su direcciones, forma
de organizarse y propuestas sindicales. Que sin romper con el trinomio
planteado aumente la percepción de utilidad del sindicado y el sindicato construya sus comisiones obreras con la gente en estas nuevas empresas de empleo precario.
A pesar de la crisis
económica, los errores internos con algunas malas prácticas y la campaña antisindical de los poderes económicos y
mediáticos, CCOO se mantiene como primer sindicato del
país y posiblemente la organización con
mayor afiliación de entre las políticas, sindicales y sociales. Esto debe
significar que se hacen muchas cosas bien, necesarias y útiles, pero también nos puede cegar a las direcciones y afiliación
en general e ignorar sobre como se percibe al sindicato por los jóvenes, por las
personas desempleadas, por las que trabajan en PYMES y no preveer que si no se actualiza el sindicato ahora, en 8 años solo habrá personas afiliadas de más
55 años y de empresas grandes
y/o administración pública.
Que tengamos buenos
congresos.
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