El lunes 2 de octubre vuelve mi hijo del instituto, está en 2º de la ESO, 13 años, y nos cuenta que en clase de lengua han debatido sobre lo acontecido el 1-O, y que solo él y otro compañero criticaban la actuación policial, el resto, incluida la profesora, la justificaban. Está última con el argumento de “....lo que está pasando es como si cualquiera de vosotros os saltáis las normas del instituto, yo os tengo que poner una sanción,...”.
A tal argumento, mi hijo contesta “no, es como si nos saltamos las normas y usted me dá una paliza, en vez de sancionarme”
Además, él y su compañero díscolo, exponen su incomprensión, por la respuesta violenta de la policía, “cuando solo quieren votar, que les dejen y ya está”.
Mi hijo, es un chico como los demás, que ha saltado de alegría cuando la selección de fútbol ganó el mundial, lloró cuando Sergio Ramos nos metió al Atlético el gol en el minuto 93, se siente verde cuando acudimos a manifestaciones por la educación pública, se siente friki cuando va a la Japan Weekend, competitivo cuando juega un partido de balonmano y libre cuando se conecta por internet con sus amigos a jugar a la play.
Vino ese día contrariado, algo indignado y sin comprender, vamos como estoy yo. Que estamos haciendo, que nos pasa, como escondemos nuestros aparentes valores y para algunos mandamientos. Toda la vida enseñando y repitiendo no se pega, se arreglan las cosas hablando, hay que compartir, Berto Romero en su monólogo lo ha explicado mejor.
Ayer, acudo a la reunión para familias de presentación del curso en el instituto público, la Directora informa básicamente de lo controlados y seguros que estará los niños, y que por sms nos informan de faltas de asistencias y demás incidentes. Nada sobre investigación, aprendizaje, poesía, ciencia, historia. Menos mal que luego el tutor nos dijo, yo quiero que aprendan a pensar, por eso las tutorías las dedico a debates y temas elegidos, 50 minutos a la semana para pensar. El resto del tiempo mejor no pensar, no vaya a ser que discutan y analicen lo que hace el gobierno, la banca o sus padres cuando les castigamos sin móvil.
!Auxilio!.
