Queda tiempo para las elecciones,
menos de un año para las europeas, un año y medio para las Autonómicas y
Municipales, dos años para las generales.
Las iniciativas están en ebullición,
muchos foros: convocatoria cívica, alternativas desde abajo, plataformas,
frentes, izquierdas abiertas, foros de IU, encuentros anticapitalistas, mareas,
15 m, etc.
Mucha gente conversamos y
debatimos sobre el agotamiento de más de cuatro años de grandes, intensas y continúas movilizaciones:
huelgas, manifestaciones, asambleas, encierros, etc. Y porque, pues por: el empleo,
los derechos sociales, la educación, la sanidad, los impuestos injustos, la
reforma laboral, el copago, las preferentes, la corrupción política –
empresarial, el derecho a la información,
contra la pobreza, por la democracia…
Un cansancio derivado de la
tozudez de los gobiernos y de los poderosos, de la falta de negociación, de la
no modificación de las políticas, de
ausencia de puntos de encuentro y
dialogo, de imposición del pensamiento único, del secuestro de la democracia
formal con la reinterpretación de leyes, etc.
Que nos puede aumentar la
energía, el ánimo y nuestra capacidad de protestar y de continuar
movilizándonos. Poner en el horizonte a medio plazo un cambio real de políticas
y soluciones, un cambio de modelo, otra
forma de gobernar, otra forma de repartir las cargas, otra forma de crecimiento
económico, cambiar el primero les ayudamos, luego se lo llevan, después estabilizan
su beneficio, y tras un largo periodo de buenas cifras macroeconómicas, altas
rentabilidades de bolsa, bancos y empresas, llegamos a una tenue creación de
empleo con salarios bajos y condiciones incompatibles con la vida digna, junto
a la paralización de los recortes.
Para ello, debemos cambiar la relación
de fuerzas de cada uno de los gobiernos: locales, autonómicos, estatal y
europeo. Desde la izquierda podemos seguir esperando, resignarnos a nuestro
papel de espectadores, auténticos y revolucionarios izquierdistas, sin
capacidad para dialogar entre nosotros. O por el contrario, arremangarnos,
tomarnos la píldora de la humildad y la tolerancia, dejar para el cine los protagonismos,
romper los listados de reproches históricos y elaborar entre todos y todas un
plan de mínimos comunes que nos hagan construir una alternativa ilusionante, con
certezas y dudas, pero con la convicción de que hay alternativas y queremos
ponerlas en marcha.
Es la hora de concretar, frente
de izquierdas, para impedir una sociedad resignada a la dictadura de la competitividad, para
entregarse a la convivencia de la cooperación.
Con este anuncio del conjunto de
las fuerzas sociales y políticas de izquierdas, volveremos a romper los record
de las manifestaciones y tambalearemos los planes de los actuales gobernantes
políticos y económicos. Frente de Izquierdas Ya.