La semana pasada nos volvimos a enfadar y preocupar al saltar la noticia sobre la oferta que el sindicato hacía a los trabajadores de las Fundaciones para la Formación FOREM y MAFOREM, sobre el ERE.
Dicha oferta partía prácticamente
de las indemnizaciones marcadas por la reforma laboral a la que hicimos una
huelga general, además del volumen total de personas a despedir y la ausencia
de soluciones alternativas.
Algunos quince días antes habíamos
presentado resoluciones para que no ocurriera lo que finalmente paso,
solicitando tres cosas básicas:
- Buscar alternativas a los despidos.
- En caso de que algunos despidos fueran inevitables no aplicar la reforma laboral del PP, ofreciendo una salida adecuada y digna a los trabajadores.
- Informar de todo el proceso y el avance de las negociaciones al conjunto de los afiliados y delegados de CCOO para poder explicar y defender nuestra actuación.
En pocas horas mucha gente de CCOO
recibimos las críticas por incoherencia, las quejas de afiliados y sentimos
nuestra debilidad en las mesas de negociación. La dirección Confederal de CCOO reacciono
rápido y paralizó el ERE.
Al día siguiente, viernes 1 de abril,
teníamos el segundo acto del conjunto del activo sindical en Madrid, donde nos
reunimos 2.200 personas de todas las secciones, federaciones, sectores y
territorios, para iniciar la campaña de los 40 años de diferentes hitos
importantes para el movimiento obrero de nuestro país: asamblea de Barcelona,
asesinatos de los abogados de Atocha y legalización del sindicato.
Además, el acto se hizo para reiterar
el mensaje a la ciudadanía y a los partidos políticos de la necesidad de
modificar las políticas económicas y sociales, junto a continuar con el compromiso del sindicato para defender a los más castigados por la crisis: personas
desempleadas, jóvenes, mujeres, entre otros. Para lo que exigimos un nuevo
gobierno que gire a la izquierda tal y como hemos votado.
Muchos compañeros y compañeras
acudimos al acto algo escépticos y desanimados, por el tema del ERE y por el enfoque de una acto para
rendir homenaje a nuestro pasado digno y del que orgullecerse, pero sin saber
si lanzaríamos líneas maestras de nuestra actuación y propuesta para el
presente y futuro próximo.
Pero llegamos al acto, empezamos
a saludar a compañeras y compañeros de todo el Estado y de otras federaciones.
Lezcano presentó el acto, seguidamente Ana Mª Herranz responsable de Mujer e
Igualdad intervino para denunciar la dimensión machista de la crisis y presentó
a Nicolás Sartoius que nos recordó otros tiempos más difíciles de los actuales
en dictadura y que los “derechos no se heredan”, luego Joaquín Estefanía con
una análisis socio económico y político de la crisis que da luz y coincide con
nuestras posiciones, a la vez que resaltaba nuestras carencias y necesidad de estar
a la altura como sindicato.
Salió Katiana junto a los ocho de
Airbus, más Juanjo y Pedro enjuiciados por informar e impulsar las huelgas
generales.
Y con gran sincronización llegaron
los de Renault, los del Hospital Tenerife, las trabajadoras de restauración
colectiva (comedores escolares, de empresa, etc.), las educadoras infantiles,
los equipos de extensión de Murcia, los compañeros de prisiones, explicando sus
esfuerzos, éxitos y fracasos de la acción sindical.
Y tras la entrada como invitados
de diputadas y diputados de IU-UP, Podemos, Ciudadanos, PSOE y PP, intervino
Toxo arrancando con una dura autocrítica sobre nosotros mismos, aún reconociendo
que algo hemos hecho bien para que sigamos siendo el primer sindicato del país
y dirigiéndose a los políticos invitados para exigirles: que negocien hasta la
extenuación, que necesitamos desmontar el desastre del PP gestionando la crisis
y denunciando la vergüenza de Europa por la barbarie que está haciendo con las
personas refugiadas.
Salí diferente, con sensación de
pertenencia, con orgullo de ser de CCOO y con el convencimiento de la necesidad
del sindicato. He tardado unos días en escribir
estas letras, para saber si era solo un estado de enajenación por la energía de
la multitud, los vídeos y la internacional.
Sigo siendo consciente de
nuestras carencias, híper-burocracia interna y estructuras ineficaces. También
de nuestras posiciones ideológicas plurales y a veces confrontadas. Nuestra necesidad de renovar personas en las
direcciones, a veces alejadas de la realidad del trabajo.
Pero el acto estuvo bien, lo
necesitábamos, nos hará enfrentar los cambios y el próximo congreso en mejor
situación, y sobre todo sirvió para recordar que por encima de todo somos
simplemente personas de clase trabajadora organizadas juntas para defender nuestros
intereses y derechos y una sociedad más solidaria y justa, que no es poco.