TIEMPOS MODERNOS

Desde que nos invadió mediáticamente el tema de la crisis, no hago nada más que leer artículos y ensayos sobre las soluciones y alternativas. Tanto de los más ortodoxos neoliberales, pasando por los políticamente correctos social – liberales, como de los escasos académicos de disciplinas económicas de izquierdas.
La primera de las conclusiones que saco es el lío tremendo que tengo en la cabeza, no encuentro soluciones solventes y practicables, los “neocom” que se mantienen apoderándose de todo aportan sus propuestas arcaicas y casi preindustriales, aderezados por nuevos conceptos o denominaciones de los mismo, menores costes, menos Estado, mas competitividad y mas beneficio, es decir la plusvalía para los que ponen el dinero y no para los que ponen la el trabajo y la salud.
Los social – liberales, en España, el PSOE, con su apuesta por las reformas, que poco a poco dejan en sin regular el juego, para que se autoregule de forma individual, es decir un trabajador con su empresas, una empresa pequeña contra una multinacional, en definitiva la selva.
Hemos oído declaraciones y artículos de personas nada sospechosas de ser radicales de izquierda, como Iñaki Gabilondo, donde describía la situación como “… la social democracia está prohibida de facto, tan solo pueden presentarse a las elecciones siempre que hagan lo que les marcan los mercados . Ya no hace falta prohibir el Partido Comunista, o quitarle los hijos a sus militantes, nos vale con que los Socialistas estén comprometidos con el “régimen”.
Bueno y que pasa con las propuestas de izquierdas, más allá de algunos análisis que explican lo desacertado y engañoso de las propuestas del Gobierno Español y Europeo, como las de Vicens Navarro, no encuentro las propuestas directas de los partidos de izquierdas. Tan solo los Sindicatos están elaborando algunas medidas concretas, siempre dentro de lo políticamente correcto.
Echo en falta ideas como la defensa activa de la gestión pública de los servicios, con un sector público con empleados/as públicos en condiciones laborales dignas, y con eficacia y calidad. Echo en falta incentivos reales a sectores empresariales que compaginan su competitividad con buenas condiciones laborales, procesos sostenibles medioambientalmente y acciones de responsabilidad social. Echo en falta una política de vivienda interviniendo desde la administración pública el mercado corrupto y controlado por Bancos, promotores y algunos Ayuntamientos, que no es libre y que impide un derecho fundamental a la vivienda. Dejando el mercado inmobiliario para la segunda vivienda y las de lujo. Echo en falta una política energética comprometida con el medioambiente y dimensionada no a las necesidades ilimitadas de la sociedad de consumo, sino con limitaciones y racionalización flexible pero acotada. Echo en falta una política de Servicios Sociales basada en garantizar un mínimo de ingresos y posibilidades reales (formación para el empleo y vivienda), unido a una gestión directa de las Residencias y Servicios a Mayores y Dependientes.
Sobre empleo, parece que han conseguido atribuirnos la conciencia cristiana moralista de que debemos ser solidarios y repartirlo, es decir, que rebajemos nuestros salarios para que el resultante de tu esfuerzo, tu salud, tus horas de vida, tu buen hacer profesional, no se te retribuya sino que una parte se la entregues a otros como tú para que todos podamos malvivir. Algo muy loable y admirable, pero en este juego de buenos samaritanos de sociedad comprometida con la comunidad y solidaridad, donde queda la de los “pensionistas” banqueros, los profesionales de la política, los ricos de familia, los de las mansiones, los futbolistas de primera, etc. No, ellos no, no hace falta total no se notaría mucho, eso no arregla nada, son cifras ridículas, no se venderían Ferraris, no tendríamos modelos sociales en que fijarnos. Que en una empresa de 8 trabajadores con sueldos de 1000 € para qué no echen a dos se reduzcan todos a 800 € el sueldo, si es importante es trascendental y está bien visto, pero que las empresas que van como un tiro, que no están afectadas por la crisis, que tienen beneficios de muchos ceros, tengan condiciones salariales altas y horarios aceptables, o que los ricos se conviertan solo en burgueses acomodados. No, todo esto no es viable, no es importante, no es moralmente exigible.
Ya está bien de tanto lloro, lo que quería decir es que mi estado de ánimo es de confusión y de pesimismo, y claro esto no puede seguir así. Hay alternativas, peor hemos estado social y económicamente y se mejoró, dejemos a un lado los lamentos y pongámonos a trabajar, ¡he dicho trabajar!, si pero me he equivocado, mejor pongámonos nosotros y nosotras y quitemos a los que mandan mal, tienen mucho y quieren más. ¿Cómo? Pues luchando desde las ideas, las acciones, las protestas y la perseverancia. Ya sea através de los medios de siempre (Sindicatos, partidos, ONGs , libros, teatros, cine, mas artes, Huelgas, manifestaciones, etc.) y de los nuevos que inventemos (redes sociales virtuales, café bizcochos, Empresas sociales, etc.)
Ah, mientras tanto no se olviden de vivir, no somos mártires, al menos yo, ni tenemos voto de pobreza, y menos de castidad. Algunos dicen que la lucha obrera necesita de mucha indignación, seguro que sí, pero yo pienso que también se necesita energía y convicción, para lo cual el buen humor y reconocer nuestro disfrute ayuda mucho.