En esta última semana he leído
varias entrevistas y declaraciones de los diferentes líderes del PSOE y hoy lo que algunos periódicos han recogido las primeras intervenciones en la conferencia.
Más allá del debate tan manido de
las primarias y de elección de candidato o candidata para las próximas elecciones.
Sobre lo cual, dicho de paso, estoy de acuerdo con Rubalcaba por insistir en la
posición de que lo primero son las ideas, “pensar que decir a los españoles”.
Es muy decepcionante, aunque no sorprendente, que las dos medidas estrellas que
se filtran o lanzan el día previo a la conferencia política, son:
·
Que los parados y mileuristas con hijos nos
paguen el Impuesto de la renta sobre las personas físicas (IRPF)
·
Ningún hogar sería privado de electricidad y gas
entre el 1 de noviembre y el 31 de marzo.
Es cierto que hay otra batería de
medidas fiscales con interés para ser
estudiadas o debatidas, pero no creéis vosotros que lo que esperamos todos es
un relato más coherente y argumentado sobre qué modelo de sociedad persigue el
PSOE y por extensión la socialdemocracia, ante la revolución neoliberal que
estamos padeciendo.
Están siendo víctimas o
promotores del mundo virtual del marketing y los eslóganes, como si con ello
las personas entendiéramos el camino por el que nos quieren llevar y las
soluciones ante los problemas sociales y económicos que tenemos. O lo que es
peor, como si con esas ideas fuerza o medidas estrellas populistas, la gente volverá
a confiar en las mismas personas y políticos que no han entendido aun lo que
está pasando.
Yo espero del PSOE respuestas y
propuestas ante las políticas fracasadas de como dejar todo en manos privadas:
energía, telecomunicaciones, banca, medios de comunicaciones, industria,
sanidad, educación y servicios sociales. Que desde los ochenta, como alumna
aventajada España entregó al mercado y
se quedo sin herramientas para compensar ciclos negativos económicos.
También quiero que nos expliquen
como entienden el equilibrio entre crecimiento económico y el destrozo de
medioambiente natural, con el agotamiento de las materias primas, y que proceso
de conversión energética propone.
Y sobre las condiciones
laborales, que nos dice el PSOE, defiende que la negociación colectiva es
necesaria para defender las condiciones de los más débiles, los que en vez de
tener capital para invertir o montar empresas, tenemos capacidad y
conocimientos para trabajar, que
negociar colectivamente las condiciones de trabajo no merma económicamente a
las empresas, sino que les da una oportunidad de mejora y compromiso colectivo
con la empresa, y evita la explotación y la competencia desleal.
Y sobre la gestión de los servicios públicos,
defiende que es mejor tener empleados públicos independientes, profesionales y
bien formados para atender a los conciudadanos, en condiciones salariales dignas
y gestionados con métodos modernos de trabajo en equipo, objetivos y mejora
continua. O prefiere dárselo a empresas privadas de contratistas para bajar el
coste mediante subastas indecentes sin tener en cuenta las condiciones de
trabajo y la calidad del servicio. Y propiciando un beneficio empresarial en
vez de un ahorro para la sociedad.
Que nos dice el PSOE ante la
necesidad y obligación histórica de incorporar a los países de Afríca, Aseía y América
central y del sur a los niveles de
derechos y bienestar social, incompatible con el control de las multinacionales,
algunas Españolas, y sus beneficios
generados por la diferencia inhumana de nivel de vida entre poblaciones.
Podría seguir con las cosas que
me gustaría que el PSOE pusiera sobre la mesa, pero si pone lo que hasta ahora
difunde por los medios, deja en
evidencia que el PSOE ha renunciado al futuro
y al progreso social. Como reconocía implícitamente en unas declaraciones Ramón
Jaureguí, que ha sido el coordinador de los documento de la conferencia del
PSOE, “no
hay alternativa a la democracia representativa, no hay una democracia mejor”. Es
decir o gobierna el PP o el PSOE que casi hacemos lo mismo, confórmense con
este matiz.
Una última anécdota más, Elena Valenciano
dice: “Tiene que hervirnos la sangre ante tanta injusticia”. Yo me
pregunto: pero es que no lo hacía ya. A nosotros los de la izquierda la tenemos
a 100 grados desde hace tiempo.
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