INDICADORES Y SINTOMAS

Sin entrar en muchos tecnicismos o análisis científicos hay algunos indicadores que nos dicen como es la sociedad y hacía donde va. En un mundo tan mediático y con tendencia al espectáculo o a lo espectacular podemos fijarnos en ello para conocer en qué situación nos encontramos por ejemplo sobre la igualdad entre hombres y mujeres o el nivel de integración tenemos con las personas que tienen alguna discapacidad física, sensorial y intelectual.

De que espectáculos hablamos, por ejemplo del deporte y más concretamente de futbol y de las olimpiadas. Respecto al futbol, en nuestro país podemos ver como desde hace poco años tenemos equipos mixtos de niños y niñas hasta una categoría de edad limitadas, desconozco si hasta 10 años (benjamines o infantiles), después se separan los sexos y los equipos masculinos van tomando mayor relevancia y ocupando mas portadas de boletines municipales y vecinales.

Si lo llevamos a las categorías superiores y profesionales el indicador es claro, las ligas masculinas tienen el apoyo mediático y económico multiplicado por mucho respecto a las femeninas, provocando la correspondiente diferencia de volumen de espectadores/as o aficcionados/as.

Respecto a las olimpiadas se ha visto desde hace décadas un movimiento paraolímpico importante con gran apoyo por parte de algunos estados y entidades internacionales, que culminan con la celebración de las olimpiadas paraolímpicas a continuación de la clausura de las olimpiadas oficiales, generales o absolutas, como queramos denominarlas.

Para los que piensan que en España, en Europa y en muchos países del mundo el nivel de igualdad de la mujer y el hombre ha llegado a cotas inmejorables les diré que eso pasará cuando el mundial de futbol masculino y femenino se celebre de forma simultánea y en el mismo lugar, sin menos cabo de que sea mixto.

Y estaremos hablando de una sociedad integradora, respetuosa con la diferencia y con las discapacidades, centradas en las personas por encima de resultados económicos, de éxitos estéticos y de poder, de belleza fabricada y monocolor, cuando nos sentemos como espectadores a ver unas olimpiadas únicas con participantes de todas las nacionalidades, de todos los sexos y con todo tipo de discapacidad y capacidad.

Las excusas de la complejidad de organización nos son de recibo en estos tiempos, con el apoyo de la tecnología y con la experiencia acumulada de eventos similares. Dichas excusas son la fuerza conservadora y regresiva de las partes de la sociedad que se niegan a progresar.

Algunos y algunas pensarán que es una trivialidad o algo pero hablar de un mundial de futbol para medir un aspecto tan importante de evolución humana y social, pero estoy convencido que no habremos acabado, por ejemplo con la lacra de la violencia machista hasta que de forma normalizada e incrustada en la sociedad celebremos estos eventos como proponemos.

Debemos dejar claro que se trata de un indicador no un medio, por ello no nos pongamos a organizar torneos de futbol mixtos mujeres y hombres para luchar por la igualdad, eso ya se hace en muchos pueblos desde hace años en las fiestas patronales y no indica nada. Para luchar por la igualdad debemos hablar de educación, empleo, vivienda, justicia social, salarios justos e iguales, entre otras cosas.