CONFINAMIENTO 5

 

CONFINAMIENTO  5

Nos anuncian que se solicitará al parlamento mantener el Estado de Alarma y, por tanto, el confinamiento hasta  el 26 de abril. Falta saber si la actividad productiva no esencial se inicia antes.

LEGANÉS.  Hemos leído publicado en periódicos de tirada nacional reportajes sobre cómo ha golpeado la epidemia y el desbordamiento de nuestro hospital público Severo Ochoa. Indicando como una causa  el envejecimiento de la población de Leganés superior a la media del país.

Me he entretenido en buscar fuentes fiables sobre el grado de envejecimiento. Los datos de dos informes del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) y del Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid.  Ambas dan los siguientes datos:

Mayores de 65 años con datos de  2018, en términos porcentuales: 

·         España: 19,01 %

·         C. Madrid: 17,5 %

·         Leganés: 21,60 %

·         Zona Sur de Madrid: 16,50 %

Esto confirma lo que recogían los periódicos. Pero, ¿por qué? Leganés tiene una edad media o tasa de envejecimiento más alta.

Me atrevo a exponer algunos factores que han influido en ello:

La vivienda. La situación geográfica de “primer” cinturón metropolitano de Madrid, más cercano a Madrid capital ha provocado que el mercado de la vivienda sea más caro durante muchos años. Los hijos y nietos de las personas más mayores y vulnerables de esta pandemia, tuvieron que irse a Fuenlabrada y Parla, entre otros municipios, para poder adquirir o alquilar una vivienda, en un porcentaje importante.

Esto demuestra de nuevo, que dejar al mercado la política territorial y de vivienda no es una buena idea, ni mejorar la eficiencia ni reequilibra los municipios y sus barrios.

También demuestra que desde el Ayuntamiento de Leganés y la Comunidad de Madrid, no han llevado una política de vivienda adecuada para que nuestro municipio se mantuviera en la media de la zona, tras los primeros años de formación y crecimiento en los años 60 y 70 del siglo pasado. Ni los gobiernos municipales progresistas se atrevieron a hacer una política decidida por la vivienda pública en alquiler. Era más atractivo cobrar las licencias urbanísticas en desarrollo de nuevos barrios con vivienda poco asequible.  

Tampoco se ha hecho lo suficiente en política industrial y de tejido productivo, que permitiera un desarrollo económico equilibrado en la región.

Y ahora, ¿Qué nos ha pasado? Que en nuestro hospital Severo Ochoa, fruto de la lucha vecinal y sindical, pionero en muchas especialidades, como en neonatología, sacando bebés nacidos con cinco meses, en medicina interna, etc. Agredido hace unos años por un Gobierno autonómico sectario e inmoral, criminalizando a Dr. Montes y una gran parte del personal sanitario. En esta epidemia, nuestro hospital ha tenido que enfrentarse a una demanda porcentualmente superior a otros hospitales similares, en población asignada.

Cuando decimos que la no política y la dejación de responsabilidad en el llamado mercado, mata, es que mata.

La Comunidad de Madrid si hizo política, de entrega y venta de recursos públicos inversores de fondos especulativos, que son un escalón más en el deterioro social y estructural de una país.

¿Ahora qué hacemos? De momento luchar contra el virus, atender lo mejor posible, trabajar desde donde se pueda y aplaudir, como lo están haciendo además del personal del hospital y centros de salud, los trabajadores municipales con el hospital de campaña, que junto a Médicos Sin Fronteras, han montado con buenos resultados. Tratar por todos los medios de salvad a nuestros mayores, y a los no tan mayores. Y, acompañar e intentar reanimar a las familias de los que han fallecido.

Pero, la vivienda será la clave, no ya para rejuvenecer el municipio. Si no, para sostener a las familias ante la aún incalculable crisis económica, que golpeará en con saña en el Sur de Madrid. Harán falta políticos decididos, técnicos y funcionarios inteligentes con soluciones y no con pegas, inversión pública en vivienda. Pero también que un porcentaje de estos mismos vecinos  mayores y menores, que tienen más de una vivienda, y la alquilan, colaboren en los precios y se olviden de la especulación  inmobiliaria. Un precio de la vivienda que no sea para la gente trabajadora y sus hijos  provoca muertes.